Gerardo de la Torre escribe acerca de Alfonso Alvarado


De acuerdo a lo que comentaba en alguna de las entradas, Gerardo de la Torre es un escritor (supongo) algo conocido, no se realmente qué tanto si o qué tanto no, aunque debiera realmente importarme un poco más, por lo que buscando un poco en la red me encontré con qué, en resumidas cuentas (y para no hacerlo demasiado largo):

Gerardo de la Torre

Gerardo de la Torre

Gerardo de la Torre (Oaxaca, 1938), ha publicado los libros de cuentos El otro diluvio (1968), El vengador (1973), Viejos lobos de Marx (1981), Relatos de la vida obrera (1988), La lluvia en Corinto (1993), Tobalá y otros mezcales oaxaqueños (1998) y De amor la llama (2001); es autor de las novelas Ensayo general (1970), La línea dura (1971), Muertes de Aurora (1980), Hijos del Aguila (1989), Los muchachos locos de aquel verano (1994) y Morderán el polvo (1999). En 1988 obtuvo el Premio de Novela Pemex 50 años de la Expropiación, por Hijos del Águila y en 1992, el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero, por Los muchachos locos de aquel verano. Ha practicado el periodismo y la traducción, y elaborado abundantes guiones para historieta, cine y televisión. Participó en el taller literario de Juan José Arreola, fue becario del Centro Mexicano de Escritores 1967-68 y desde 1994 es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

En otras palabras, si es conocido. Y sigo sin saber qué tanto si o qué tanto no lo conoce la gente común. Pero por lo que yo mencionaba antes, debiera importarme un poco más puesto que es quien ha escrito en la contraportada de tres libros de mi interés, y que tengo en el librero de mi recamara.

Lo que ha escrito acerca de los libros de Alfonso Alvarado es lo que enlistaré a continuación en orden cronológico.

El ABC del carpintero y recetas de cocina – Alfonso Alvarado (1978)

No falta quien, para defenderse de la vida, bebe alcohol hasta la congestión o se hace aficionado a la lucha libre, a los toros, al cine, bueno o malo. O se suicida.

Alfonso Alvarado a veces falta a la oficina, se olvida de facturas y estados financieros y escribe cuentos o poemas.

No soy crítico ni me interesa criticar, pero sí disfrutar un vaso de agua fresca, una copa de buen vino. Y los poemas de Alfonso Alvarado son disfrutables.

¿Poemas de tendencia social? Vamos a decir que en algunos casos lo son. Pero no aspiran a la grandilocuencia de la verdad política ni se asfixian en la prédica didáctica. Alvarado observa, enjuicia y expresa su amargor en poemas de artistas peligrosas, lejanos siempre de la insoportable solemnidad, distanciados de la tragicómica lamentación del político poeta, ajenos a la exaltación del caudillo. Lo que se tiene que decir, vulgar o cotidiano, se dice y nada más. Con sentido del humor, eso si.

Gerardo de la Torre

2/7 – Alfonso Alvarado (1988 – también conocido como «dos séptimos»)

Alfonso Alvarado no es un narrador improvisado. Sus primeros textos aparecieron en la revista Punto de Partida, en el año 1970.

Alvarado publicó, en esta misma editorial El ABC del carpintero y recetas de cocina, libro de poemas que nos remite a los textos que hoy nos ocupan. Y es asó porque en 2/7 volvemos a encontrar poemas breves, precisos y agudos, compartiendo el espacio con textos en prosa de características idénticas.

Muchos poemas de este volumen recuerdan – brevedad y malicia- los poemínimos de Efraín Huerta (autor en quien abrevó abundantemente Alvarado). Y la prosa también guarda características huertianas: sentido del humor, imaginación y, desde luego, uso medido de la ironía. Más imaginativos unos, más irónicos los otros, en todos los textos se advierte que el autor ha entrenado su ojo para descubrir el detalle significativo en los hechos de la vida cotidiana.

Uno de los elementos fundamentales del trabajo narrativo de Alvarado, lo constituye la preocupación por pareja, por el amor conyugal y al margen del matrimonio, por el acabamiento y la consunción de las  pasiones. Buena parte de sus textos se inscriben en esta esfera y baste, para poner ejemplo, una línea que sola es un cuento: «Es tan inteligente que un buen día se va a dar cuenta que salgo con su esposa».

Virtudes literarias aparte, para mí la mayor de este volumen de cuentos – ¿o son sencillamente textos? – es que, dejándose leer fácil, emprende la difícil crítica de esos que sin parecerlo son los estúpidos actos de todos nuestros días.

Gerardo de la Torre

Shhh – Alfonso Alvarado (2000)

Podría verse la poesía como un intento de aproximarse a la existencia, y a los delirios y realidades que le atañen, mediante la recuperación de ciertos datos que son plasmados en la tela, en la piedra, en una imagen que atraviesa la pantalla, o en la hoja de papel, por el poder de la palabra.

La poesía es un hecho de la vida cotidiana y no, por fuerza, un tránsito a destajo en los rigores de la metafísica o la profunda reflexión sobre el destino. Pero sin duda requiere destilaciones.

Este es el desafío que enfrenta Alfonso Alvarado en los textos (casi todos muy breves) que integran este libro: Tomar el acontecimiento de los diarios, la frase intrascendente, a veces el lugar común, y machacarlos y exprimirlos hasta que den su savia más poderosa y rica. El resultado es una poesía de la cotidianidad que a veces nos recuerda a Sabines y a veces a Chava Flores.

Pero sin duda la voz de Alvarado es auténtica y original. Quiere expresar, nada más, su opinión sobre lo que ve y lo que ve y lo que escucha en las calles, en los viajes en Metro o sentado frente a la pantalla de la televisión. Y si el dardo juguetón que arroja llega a punzarnos, no le culpemos. No oculta la mano, pero tampoco le gusta solapar a nadie.

Gerardo de la Torre

Y pues con esto termino con todo lo que Gerardo de la Torre escribe en los tres libros de Alfonso Alvarado. Se nota el cambio en la forma de escribir a lo largo de 22 años… y si llegara a salir un cuarto libro seguramente se va a notar la diferencia de la forma de escritura.


2 comentarios

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2 Respuestas a “Gerardo de la Torre escribe acerca de Alfonso Alvarado

  1. PALETE

    hola como estas, me da mucho gusto saber de ti, mi nombre de dice algo, me gustaria que me escribieras
    bye

    • Pensarás que soy grosero, pero no, realmente no me dice nada tu nombre, aunque podrías aclarar un poco más y nos evitaríamos demasiados rodeos. Pero sin embargo, a pesar de no saber nada de ti, aquí estoy escribiéndote. Saludos.

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