La primera vez que sufrí una fractura mi estado anímico se desplomó en el momento del diagnóstico, antes de eso no me sentí mal. Hice lo posible por mejorar esa fractura de mano, tenía yo menos de 33 años. Después de investigar una serie de cosas acerca de la rehabilitación de fracturas de mano pude recuperar gran parte de la movilidad, y aún me duele el hueso al abrir botellas de taparrosca muy apretadas, en algunos casos me es imposible hacerlo porque tengo una sensibilidad muy extraña en el hueso de la mano que se rompió con esa luxofractura de Bennett. Sí, todavía recuerdo muchos momentos y nombres de aquel entonces, tal vez porque se imprimió en mi mente por el tipo de situación traumática. Todavía recuerdo el momento y la forma en que sucedió esa fractura.
La segunda ocasión fue aún más compleja, fue una fractura de Sigue leyendo